Los pasillos del Consultorio Adosado de Especialidades (CAE) Infantil y la Hospitalización Pediátrica del Hospital de Rancagua, recibieron la visita de Felicia, una perra policial que acompañada de un grupo de Carabineros de la Oficina Comunitaria de la Primera Comisaría de Rancagua, juntos entregaron un momento de alegría y cariño a los pequeños pacientes y sus familias, justo antes de la celebración del Día de la Niñez.
La iniciativa, impulsada por Carabineros, buscó acercarse a los niños hospitalizados y a la comunidad, ofreciendo un instante de alivio y ternura en un entorno que, a menudo, puede resultar desafiante. Alejandra Valencia, enfermera jefa del Departamento de Participación y Satisfacción Usuaria del hospital, destacó la importancia de esta visita: «Sabemos el efecto terapéutico que una mascota puede tener en la salud de nuestros hospitalizados, como hemos observado en la UCI Adulto del hospital, por lo que agradecemos esta positiva visita».
La sargenta Segundo Katherine Ruz, de la Oficina Comunitaria de Carabineros de Rancagua, expresó su satisfacción al ver la respuesta de los niños: «Para nosotros, acompañar a los niños y niñas que están hospitalizados o que vienen a un control médico con nuestro can Felicia y sus muestras de cariño, obteniendo tan grata respuesta de ellos, nos llena de alegría. Somos padres y madres también detrás del uniforme, y entendemos la incertidumbre que puede generar estar en estos lugares. Por eso, era muy significativo venir a celebrar y regalonear a los pequeños, especialmente en vísperas del Día de la Niñez».
Lucas Ayala, un preadolescente hospitalizado en el recinto, comentó emocionado: «La visita estuvo muy bonita, nunca imaginé ver a Carabineros y a su perrita aquí en esta sala. Fue una sorpresa muy agradable escuchar las palabras tan motivadoras del suboficial para enfrentar mi operación a la pierna, que tendré mañana, y tocar a Felicia, que me dio su patita, me puso muy contento».
Michelle Pavez, madre de Lucas, también valoró la experiencia: «Esta actividad nos sacó de la rutina que ya teníamos de estar hospitalizados hace algunos días por la fractura de mi hijo. Fue muy entretenido ver las destrezas que la perrita tenía, ya que, en general, los ambientes hospitalarios son muchas veces aburridos para los más chicos, entonces que lleguen con globos, alegría y positivismo se agradece».